Lamentablemente fueron asesinados religiosos de la Compañía de Jesús. Con eso suman ya 50 sacerdotes ultimados. Sin distinguir profesión, llevamos en ese lapso cerca de 400,000 homicidios dolosos. Ante estas cifras, una cosa que me llama la atención es que la Constitución no reconozca expresamente el derecho a la protección de la vida.
Seguir leyendo